sábado, 31 de julio de 2010
Este cadáver que yace tirado en lo más profundo
es devorado y crujen las ramas enmarañadas sobre él
este cadáver que ha sido olvidado por el mundo
vuelve a si mismo sobre su hiel
Este cadáver soterrado en la hondura del pasado
amalgama recuerdos de barbarie y estupor
este cadáver que pereció enamorado
de penurias, enfrascado siempre de dolor
Este cadáver desorientado, lejos del trayecto
reclama a Virgilio, reclama atención
este cadáver que en vida siempre estuvo muerto
exige ahora ser tratado con moderación
Este cadáver que cincelo sobre el rudimentario concreto
el enigma de conocerse poco a si mismo
este cadáver que esculpió en su epitafio
“siempre me halle transitando al borde del abismo”
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