sábado, 13 de junio de 2009
Recuerdo esa tarde durmiendo en tu pecho
una media hora de sueños infinitos.
El crepúsculo estaba lejos de nuestra vista,
desperte para darme cuenta de que quizás te quiero.
Yacías ahí, inerte, haciendo ruidos vocales,
puede que me haya incomodado, pero seguí en mi estado de sueño.
Estoy en medio de la oscura realidad
o sea entre tus ojos y tus manos.
¿Cómo escapar?
y lo único que te puedo decir es: "ME ESTRESAS".
Las horas pasan en esa noche irreal
y yo estoy ahí destinada a
MORIR AL VER EL AMANECER
(a tu lado...)

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