Nacimiento 1991

domingo, 19 de septiembre de 2010

Hace 19 años que vivo en este mundo y si no fuera por este trabajo de redactar sobre el día en el que nacimos, nunca hubiera imaginado todo lo que eso conllevó. Enterarme de tantas cosas, en tan corto tiempo, realmente aún sigo sorprendida, ya que mientras redacto estos párrafos, no dejo de imaginarme, el acontecimiento tan importante que significó para mi familia, en especial para mi madre. Gracias a mi progenitora y mi abuela, pude hilvanar los datos adecuados para escribir sobre el día de mi nacimiento y, comenzaré con algo que mi mamá me dijo cuando conversábamos sobre esto: “parir una hija es un sentimiento indescriptible, ver nacer a esa personita que por nueve meses creció en tu interior, y verla salir es una sensación gratificante, te sientes cansada, pero a pesar de todo, eres feliz, muy feliz”.



Las molestias para mi madre, comenzaron 10 horas antes que viera el mundo por vez primera, su labor de parto, empezó antes de lo debido (cosa común creo) y siempre estuvo consciente de la situación y lo que estaba por suceder. Creo que es el sueño de toda mujer ¿no? Convertirse en madre y todo lo que ello implica, pero… cuanto debió sufrir mi querida madre para tenerme en sus brazos, como te compadezco 19 años después, en serio que sí. Horas antes del parto, mi madre sentía antojos por comer camote frito, su antojo fue saciado pero fue justamente el último alimento que se llevó a la boca, ya que a continuación, estaría en un cuarto del hospital Maison de Santé de Lima, esperando por mí.

Al llegar al recinto hospitalario, el galeno de turno, le explicó a mi madre, que me encontraba en una posición complicada, eso en resumidas palabras, significaba que un parto natural, era una opción improbable hasta ese momento y se tendría que recurrir a la cesárea pero, felizmente – y digo esto por mi progenitora – no hubo necesidad de hacer ningún corte en el vientre, ni nada por el estilo, ya que poco después que aquel galeno dejara la habitación, una señora, que en palabra de mi madre, tenía un aspecto normal, para nada extraño, se ofreció voluntariamente a frotar su vientre con Vick Vaporub y aunque suene bizarro, aquel frotamiento, funcionó a la perfección, mi diminuto cuerpo se posicionó a una manera más natural para que mi nacimiento se lleve a cabo con los constantes esfuerzos de mi madre, por empujarme a este mundo.

Tras tantas idas y vueltas, finalmente, cuando el reloj marcó la 1:55pm y el calendario marcaba el miércoles 27 de marzo de 1991, salí a flote en este ambiente tan hostil. No hubo contratiempos, el parto fue rápido, salí expulsada del cuerpo de mi madre cual “pececito” (expresión de mi madre) y pesaba 3 kilos 150 gramos, desde aquel día ella me protegió contra todo y contra todos, ciertamente quiero concluir que escribir esto ha sido hilarante, puesto que era muy graciosa la manera en cómo mi madre narraba por teléfono aquel día y complicado porque no se me ocurre una manera precisa sobre cómo terminar este texto, sólo sé que debo seguir mi rumbo para alcanzar mis metas y que solamente gracias a ella y solamente ella es porque estoy acá escribiendo esto… y no por ÉL.

1 comentarios:

1obo 6ris dijo...

Manzana, se necesita la semilla para germinar, pero sí reconozco que el 99% de la labor es de las manzanas, admiro su valor y coraje, aunque las mías yacen bajo tierra...

 
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