martes, 7 de septiembre de 2010
Imagen: http://elmonitozeta.blogspot.com
Hay algo verdaderamente erróneo en ti, tal vez, la incoherencia para profesar incomprensibles prosas, o quizá, aquellas analogías, carentes del más común de los sentidos: sentimiento. Escapas a las emociones más frecuentes, tu modo de escape es evidente y hasta, soterrado en la amargura, de verte lejano a tu realidad, es que… ¿no te sientes habitante de tú coyuntura? ¿Aquella coyuntura, enfermiza, encolerizada, que busca su autodestrucción por sobre todas las cosas? Aquello que profesas, no te convierte, instantáneamente en ese ser, partidario de otras filosofías paralelas, por supuesto que no, lo único que consigues, es resumirte en la más mínima expresión de mediocridad, porque tu ruta de escape, es la simpleza de esconderte de todos y para todos, eres como aquella cabeza de tortuga, que tan sólo asoma cuando siente que todo está bien a su alrededor, sin embargo, cuando su tacto le dice que algo no está bien, entonces decide –sabiamente- esperar su momento. ¿Qué harás cuando tu búsqueda de ese mundo que tanto anhelas, ajeno a esta verdad, se acobarde, y te muestre crudamente, lo equivocado que estás? ¿Qué harás entonces, filosofar al respecto?
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